martes, enero 02, 2007






la vida de un Ricardo (fragmento)


Por fin en casa, voy subiendo las escaleras que conducen a mi departamento, y parece que todo el mundo sale a recibirme. La gorda del 2 bajando las escaleras hecha una tromba, arrastrando a su guricito de la oreja. Pasa por al lado mío, me mira con cara de perra y me
dice –buen día.
–Buenas –respondo, por miedo a que con la mano que le queda libre, me agarre de una oreja y me haga bajar las escaleras a los tirones.
La gorda ésa siempre esta de mal humor.
Ya en el último tramo de la escalera, me cruzo con el puto del 1
–buen día, ¿Cómo te va? –dice el puto del 1 siempre tan educado y cortés.
–Y…. acá andamos, con un día de mierda – le contesto
–bueno, ya va a pasar
–eso espero.
El puto del 1 me cae bien, siempre es amable, debe ser artista el puto del 1, seguro que es artista, por lo menos tiene una guitarra. Debe ser músico el puto del 1.
Una vez adentro de mi casa, enciendo la computadora para revisar mi correo, enchufo el calefoncito eléctrico y busco ropa limpia, nunca tengo medias limpias. Empiezo a ver los mensajes.
De: Mario. Asunto: asado
Ricardo el domingo comemos un asado en casa. Traete un vinito.
De: Jorge. Asunto: fútbol
Ricardo el domingo comemos un asado en lo de Mario y después hacemos un picadito en el club trae la pelota.
De: Gustavo. Asunto: ¿cómo andas?
¿Che te avisaron del asado?
De: Maria. Asunto: hola mi amor
Amor, el domingo quiero ir al cine ¿me llevas?
No lo puedo creer, Maria va a conseguir que me vuelva loco.
A todo esto suena el timbre, y me apresuro a espiar por el orificio de la puerta, ese que esta para espiar. Es Mónica, viene subiendo las escaleras con varias bolsas de supermercado. Apago los parlantes de la computadora, por las dudas y me quedo inmóvil.
Mónica es mi novia, o no, no sé. Lo que sí es seguro, es que está empecinada en ocupar el lugar que dejó Maria.
Osea para aclarar el panorama: Mónica vendría a ser mi amante que quiere ser mi esposa y Maria es mi ex esposa que quiere ser mi amante.
Mónica sigue golpeando la puerta, le lleva mucho tiempo resignarse a la idea de que no estoy, hasta que por fin dice –la puta que lo parió – y se retira. Cuando creo que ya estoy a salvo escucho –la concha de la lora – clavo mi ojo en la mirilla nuevamente y veo a Mónica recogiendo latas de arveja, garbanzo, choclo, ensaladas y otras tantas más. Mónica es amante de la comida enlatada.
Tuve que taparme la nariz y la boca para que no se me escape una carcajada. Pero el intento fue inútil. La risa me brotó desde el estomago y estallo en mi boca. Mecánicamente comprendí que había cometido un error y volví a pegar el ojo en la mirilla. Mónica subía las escaleras a toda velocidad.
Desesperado, lo primero que se me ocurrió fue prender el equipo de audio, la aspiradora, la licuadora, los parlantes de la PC, todas las luces de la casa, y no sé porque motivo me quedé abriendo y cerrando la puerta de la heladera, mientras lamentaba no tener una guitarra como tiene el puto del 1.
La escena duro alrededor de veinte minutos, hasta que estallo la licuadora.
Apague todos los artefactos eléctricos y sigilosamente me acerque a la puerta y mire por la cerradura. Por suerte Mónica ya se habia ido.
Ya mas relajado, me doy una ducha caliente, y me visto para ir a la casa de mi mamá.









http://www.fotolog.com/ascanio01

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buen cuento gordi ¿continuará? no sabemos. bueno que tengas suerte en este blog. un besote.