De pronto sale, como disparada por una especie de cañón imaginario. En ese momento, no hay quien pueda detenerla, hasta va contra mi persona. Como una poseída avanza por las venas. Y como una borracha se lleva todo por delante, y sin darse cuanta me deja tirado, en un rincón, todavía con los ojos abiertos y tratando de encontrar la rima.
De la poesía, de esa endemoniada carcajada que cruza mi vida sin pedir permiso.
miércoles, junio 20, 2007
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