viernes, noviembre 09, 2007

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El paseo abrió su boca y un tinglado serpenteante de ceibos marcó la senda.
Aliterados cantos de pájaros se unieron con el filo tajeante de la brisa.
Desde este punto la cosa parecía sencilla.
A lo lejos un dulce coro de ocarinas entonaba un himno a Fysis y el sol recostado sobre el rescoldo de una nube proclamaba ser el rey del mundo.
Aéreos acueductos convergían en una sinuosa cascada, donde una bignonia lucia su soberbio manto rosado. Oscilantes peces adornaban el refrescante aire de las rocas y un pasamanos de hiedras de estirpe real, batía palmas invitando al gozo.
Y yo ahí parado, en ese punto desde donde la cosa parecía tan sencilla, temía penetrar en ese edén cargado de magia. Siempre desconfié de la belleza desmedida y esta no era una excepción.
Acobardado me retire para llorar en la oscuridad de mi pequeño cuarto.
Después de todo, comprendí que la felicidad más barata se halla en los tugurios.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En el nombre de la hybris. Pasaje de la psicodelia a la humedad de la habitación y la porroneta. Muy bueno, Javi.
Al 8!

Javier H dijo...

si, santi. hay que dejar un poco la diatriba y ponerce más romantico para recuperar fuerzas.
sobre todo despues de lo que pasó con mi pc. pero estoy seguro que todo lo que está viniendo va a ser mejor de lo que se fue.

abrasos cruelisimo

marlboroblog dijo...

CAbezón, no te cuelgues hoy tenemos rock en la 7, llevemos afiches:

marlboroblog dijo...

renova!!!