martes, julio 15, 2008


Abro los ojos con dolor, noto que el ojo derecho está tan hinchado que es casi imposible abrirlo. La primer impresión que tengo de mi entorno es el olor a bebidas alcohólicas desparramadas por toda la habitación. Segundamente comprendo que no puedo incorporarme debido a que mi cabeza está debajo de un sillón.
Pataleo y me sacudo un poco para liberarme, hasta que por fin, no sin antes sacarme tres o cuatro cuerpos de encima logro zafarme.
De las paredes cuelgan trozos del empapelado roto, lo demás es humedad y moho.
No conozco la casa, pero logro dar con el baño como si hubiese vivido en ella durante años. La primera reacción al entrar en ese hediondo reducto es una compulsión vomitiva. Y vomito en la pileta, mariposas púrpuras manchan el gris percudido del lavamanos. Localizo un espejo que cuelga de un clavo y lo arranco para salir rápido del lugar. Una vez afuera reflejo mi rostro destruido y trato de recordar algo inútilmente.
Vuelvo al punto de partida sorteando humanidades que solo tienden a respirar contaminando el poco aire existente. En mi dantesco recorrido sólo puedo reconocer la silueta de Facundo, desnudo en un rincón, rodeado por dos chicas y un jovencito, también desnudos.
Diviso la puerta de salida, una escapatoria tambaleante, por suerte las llaves están puestas. Mientras bajo las escaleras cuento 1, 2, 3, 4, pisos y aparece ante mí la avenida. Me zambullo en un taxi.
– Dónde vamos señor- pregunta el chofer
– ¿Qué hora es?
– Seis menos cuarto señor -Responde mirando un reloj justiciero que indica las 17:45 hrs.
– OK, sacame de acá, llevame a la parada de la “L amarilla”.
– Como usted diga, pero la “L amarilla” para acá a dos cuadras.
– Llevame igual la re puta que te parió.
– Como usted diga.
El taxi arranca mientras descubro que también tengo un golpe en las costillas.

1 comentario:

Natalia dijo...

Como usted diga, pero la “L amarilla” para acá a dos cuadras

Ahora hay que decir pasaba, la puta madre, Me copaba mas la "L" que la "C".........

abraxo